
“He visto las mejores mentes de mi generación
destruidas por la locura, histéricos famélicos
muertos de hambre arrastrándose por las calles,
negros al amanecer buscando una dosis furiosa,
cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión
celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la
noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos
cavernosos y altos se levantaron fumando en la
oscuridad sobrenatural de los departamentos
con agua fría flotando a través de las alturas
de las ciudades contemplando el jazz”
(...)
"Quienes soñaron y encarnaron brechas en el Tiempo y Espacio a través de imágenes yuxtapuestas, y atraparon al arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y establecieron el nombre y rasgos de la conciencia al mismo tiempo saltando con sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y ponerse frente a ti estupefacto e inteligente y sacudirse con vergüenza, rechazando incluso revelar el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda y eterna cabeza, el vagabundo loco y el golpe del ángel del Tiempo, desconocido, incluso poniendo aquí lo que podría dejar de ser dicho en tiempo de volver después de la muerte, y surgieron reencarnados en los trajes fantasmales del jazz en la sombra del corno dorado de la banda y exhalar el sufrimiento de la mente desnuda de América para amar en un eli eli lamma lamma sabacthani saxofón que llora estremeciendo las ciudades bajo la última radio con el corazón absoluto del poema de la vida descarnada de sus propios cuerpos buenos para comer mil años. "
Fragmentos extraídos de Aullido.