
"A través del prisma del hombre, el mundo se refracta de forma diversa, las discusiones tienen lugar, y la discusión tiene, a su vuelta, un objetivo: establecer una Verdad, una autenticidad. Si en cada uno el mundo se refractará de modo idéntico, no habría entonces otro razonamiento, otro pensamiento, sino un sólo pensamiento. Pero consciente de la personalidad de cada prisma, es construido de otro modo, refractando la circunstancia diferentemente y el color en otro color. Eso que es auténtico y eso que no es auténtico no podemos definirlo más que en un estrecho punto de vista en todo hecho convencional, no sabemos en el fondo cual es el color auténtico, el verde, el azul o el rojo expresan en ellos mismos sus propios límites definitivos; y puede ser que este mismo color azul o rojo, en determinadas circunstancias, cambiará toda su fuerza. Pues no encontramos en el proceso eterno dos interdependencias de fuerzas que permanezcan en el interior y en el exterior. El hombre representa el aparato de la efervescencia eterna de reacciones, creando eso que nosotros llamamos las cosas humanas. ¿Son conscientes o no, de que cada una de sus acciones son la consecuencia de juicios razonables, o bien, son simples hechos inconscientes para crear nuevas reacciones?"
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Y si efectivamente el saber es lo auténtico, hacia donde se dirigen todos los conocimientos, entonces la realidad de todas las cosas depende solamente de esta luz. Si todo fuese comprensible, real en la naturaleza, no tendríamos cultura; y esto es solamente porque la naturaleza visible que está iluminada por la luz no es, para nosotros, suficientemente real, y con el fin de hacerla comprensible, es decir real, el hombre ha recurrido a la creación de una nueva luz del saber, y a todos los aparatos físicos creados y a los procesos de pensamiento de las hipótesis filosóficas, así como a la verificación científica de esas hipótesis, lo que constituye precisamente eso que llamamos los signos de la cultura y del saber. Para asir lo real es indispensable leer y estudiar todo lo creado por la terquedad del pensamiento y del entendimiento humano. Para tener el conocimiento de la realidad del mundo vegetativo de los fenómenos, hay que estudiar toda la anatomía de una ciencia dada, de modo que la flor visible sobre la claridad de los rayos solares no es del todo real, su realidad yace en el Instituto Botánico; es solamente ahí donde se produce el aprovechamiento de sus múltiples facetas reales, ahí donde no es ya luz solar sino claridad de la luz del saber.
Fragmentos extraído de La luz y el color.